Hace dos mil años la erupción del volcán Vesubio en el año 79 sepultó a las ciudades de Pompeya y Herculano. Ahora, los restos hallados en las excavaciones iniciadas en el año 1737 se exponen en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (MNAR) y hacen ver al visitante como era la vida en aquella época. Sin embargo, gracias a este desastre, hoy es posible contemplar buena parte de objetos debido a que se han conservado en las cenizas del material volcánico durante 18 siglos. Eso hace que se pueda apreciar ahora "la belleza increíble de aquel mundo", señala el comisario de la exposición, Albert Ribas, que presentó ayer la colección junto al embajador de Italia en España, Pasquale Terracciano, y el director del MNAR, José María Alvarez.

Pompeya y Herculano, a la sombra del Vesubio , presenta una selección de obras de arte y de uso cotidiano que en su día formaron parte de estas dos ciudades, así como pinturas y grabados que con posterioridad realizaron artistas de la talla de Giacinto Gigante. Terracotas, vidrios y bronces, mármoles y cerámicas, oro, plata y piedras preciosas, son piezas de arqueología que convivieron a diario con aquellas gentes y que han sido seleccionadas por su valor histórico y estético. Todo ello se completa con acuarelas y aguafuertes realizados siglos después, y que ayuda a realizar un recorrido visual por los lugares más emblemáticos y sitúan al visitante en los escenarios naturales.

En este sentido, se muestran objetos cotidianos como braseros, recipientes de cristal para conservas, bustos individuales, joyas, estatuas de jardín de niños y animales, lienzos de pintura de estancias particulares y cazuelas y sartenes, así como frescos de edificios públicos y estatuas de dioses.

Para el embajador italiano, la muestra da fe de "una raíz común" entre Italia y España.