Te enseñan una foto: aparece una calle de Barcelona con el enorme cartel de una despampanante modelo en la fachada de un edificio. Te retiran la foto. Y te preguntan: "¿Alguno de los 100 asistentes ha visto una señal de tráfico?". Sólo contestan seis o siete: "Sí, era un semáforo". Respuesta correcta, pero: "¿Y de qué color estaba?". Nadie lo acierta.

El director de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Angel López, inició ayer con este ejemplo su intervención en las jornadas sobre Distracciones en la conducción, un acto celebrado en la sede del RACC y en el que seis expertos no dejaron de insistir en que la falta de atención al volante es la principal culpable de los accidentes de tráfico. Concretamente, el 38,6% de los siniestros tienen su origen en un despiste del conductor y, de estos, una gran parte corresponde a acciones que no están prohibidas por la ley. Como muestra, varios botones: yendo a 50 kilómetros por hora, un conductor que busque un cedé durante 3,2 segundos recorrerá 43 metros sin estar concentrado en la carretera. Será la misma distancia que hará en el caso de que se salte las normas e intente coger ese ruidoso teléfono móvil para ver quién llama y, si apetece, contestar sin el manos libres.

ENCENDER UN CIGARRO Más pruebas, y más consistentes; porque si decíamos que la infracción de buscar el móvil distrae tanto como intentar poner un cedé, peor aún lo tienen quienes encienden un cigarro, acción completamente legal (aunque ya se ha llegado a plantear su prohibición) y que supone despistarse un mínimo de cuatro segundos (55 metros circulando a 50 kilómetros por hora).

Entonces, ¿cuál es la solución? ¿Prohibirlo todo? ¿También los GPS y las pantallas planas del asiento trasero porque además de distraer pueden salir disparados en caso de accidente o de un frenazo brusco? Los expertos siguen sin tenerlo claro: "Podemos entrenar a los conductores para que no se desconcentren en algunos casos, pero cabe tener en cuenta que los factores de distracción son muchísimos y no afectan a todos por igual", explicó Francisco Alonso, profesor titular de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia. "Circular de noche, ir acompañado, ser novato, tener malos hábitos al volante, estar cansado. Todo influye", añadió.

Todo influye, sí, ya sean los factores que se dan fuera del coche (como el cartel de esa modelo despampanante o un peatón cruzando por donde no toca) o los que ocurren en el interior. Sin olvidarse de lo que le pasa por la cabeza al automovilista: "¿Quién no se ha quedado ensimismado pensando en las musarañas?", se preguntó Albert Alumà, director de la escuela de conducción segura del RACC. "Debemos intentar mantener la concentración lo máximo posible, por muy difícil que sea y por muy monótono que parezca el trayecto", dijo.

CAMBIO DEL CODIGO PENAL Quienes se pongan al volante sin haber obtenido el carnet de conducir deben saber que pueden acabar en la cárcel cuando entre vigor la reforma del Código Penal en materia de seguridad vial. La comisión de Justicia del Congreso aprobó ayer la enmienda CiU a este proyecto de ley que convierte también en delito, penado con entre tres y seis meses de cárcel o hasta 90 días de trabajos en favor de la comunidad, conducir sin haber tenido nunca el permiso.

El proyecto de ley ya contemplaba penas para los que conduzcan con el carnet retirado pero, a juicio del diputado de CiU, Jordi Jané, "no se podía tratar peor a aquel que ha obtenido un permiso de conducir y conduce habiendo perdido todos los puntos que a aquel que conduce sin haberlo tenido nunca, era una cuestión de sentido común".

El resto de la reforma salió adelante, aunque con una salvedad. Un error de CiU en la votación permitió que se aprobara una enmienda transaccional de PP e IU que elimina los límites concretos a partir de los cuales el exceso de velocidad será delictivo. Tanto CiU como el PSOE anunciaron que lo corregirán.