Portugal continuaba luchando ayer contra 23 incendios, el más grave en el parque natural de Peneda-Gerés, en una jornada en la que las autoridades han registrado una disminución de focos, que la última semana han azotado severamente el norte del país.

La Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC) lusa destacó la existencia de ocho incendios relevantes, entre ellos el declarado en Peneda-Gerés, espacio protegido fronterizo a Galicia.

El incendio de Mezio-Travanca, en Arcos de Valdevez, empleaba 220 efectivos y dos avionetas para sofocar las llamas activas desde hace cinco días. El parque Peneda-Gerés ha padecido numerosos incendios en la última semana, cuando el fuego llegó a consumir parte de la joya medioambiental del parque: El bosque del Cabril, una exclusiva zona, que sigue casi virgen por apenas haber sufrido la intervención humana, y que ahora ha sido parcialmente afectada, según sus responsables, que, no obstante, resaltaron que su "núcleo principal" quedó a salvo.

Otras de las joyas naturales acechadas por las llamas ha sido el parque natural de Serra da Estrela, próximo a Castilla y León. La superficie ardida en este área, donde se encuentra el punto más elevado de Portugal, puede sobrepasar las 5.000 hectáreas.

Otros fuegos preocupantes que estaban activos se situaban en las localidades norteñas de Amarante, en Oporto, y Vale de Cambra, en Aveiro. Ambos eran combatidos por casi 200 efectivos, apoyados por una cerca de 50 vehículos y varios medios aéreos. Después de una severa semana de fuegos, la situación ha mejorado ligeramente --el calor ha remitido--, aunque las autoridades continúan en estado de alerta, sobre todo por el viento, que ha dificultado la extinción de varios focos.

PRIMER BALANCE Las últimas estimaciones elevaban la superficie ardida a 74.000 hectáreas, de las que unas 58.000 correspondieron a agosto. No obstante, estos datos están lejos de los trágicos 2003 y 2005,en los que se saldaron con 300.000 hectáreas afectadas por las llamas.