La cúpula del PP, fuertemente protegida por la policía, desembarcó ayer en Galicia con dos objetivos: arropar a Manuel Fraga y redoblar la estrategia de acusar al PSOE de aprovechar la catástrofe del Prestige para crispar el ambiente político y social.

La dirección nacional del PP se volcó ayer con sus compañeros gallegos. Acudieron el secretario general, Javier Arenas; los vicesecretarios Mariano Rajoy, Jaime Mayor Oreja y Rodrigo Rato; así como los coordinadores Pío García Escudero, Ana Mato, Eugenio Nasarre y Rafael Hernando. La llegada de esta amplia representación se produce tras las críticas internas en el PP gallego hacia sus colegas de Madrid por la forma de abordar la crisis del Prestige.

ESFUERZO DE COMUNICACION

Las direcciones nacional y gallega del PP acordaron en la reunión de ayer hacer "un esfuerzo de comunicación individual" para demostrar que el Gobierno toma medidas y ayuda económicamente a los afectados, mientras que el PSOE sólo pone obstáculos con su "irresponsabilidad sin límites", en palabras de Arenas. Una muestra de esta estrategia se pudo ver ayer. Arenas aprovechó su condición de ministro de Administraciones Públicas para anunciar que la próxima semana destinará ocho millones de euros (1.330 millones de pesetas) para los ayuntamientos afectados.

En cuanto a la otra pata de la estrategia, la de la crítica a la oposición, Arenas acusó a Rodríguez Zapatero de intentar sacar réditos electorales de la desgracia: "Queda mucho para las municipales", dijo. En su opinión, los electores castigarán la "demagogia" del PSOE y "premiarán los hechos y la responsabilidad".

Manuel Fraga se sumó a estas críticas y calificó la actitud del PSOE de "crimen de lesa patria", porque, según dijo, los socialistas pretenden impedir la llegada de fondos europeos con su demanda de una comisión de investigación en la UE sobre el hundimiento del Prestige.