La pasada semana, el presidente de Islandia,Guðni Th. Jóhannesson, dio una conferencia en un colegio de Akureyri, al noreste del país. Y no tuvo reparos en contestar a las preguntas que los presentes le quisieron hacer, incluso las personales: cuál es su equipo de fútbol favorito y... qué piensa de la piña en las pizzas., según el portal de noticias islandésVisir.

La controversia ha sido tal que el mismo Jóhannesson ha tenido que salir al paso de sus propias declaraciones, y ha hecho un escrito -en islandés e inglés- en su muro de Facebook haciendo un alegato en el que aprovecha sus declaraciones para criticar el poder ilimitado de los mandatarios:

"Me gusta la piña, pero no en la pizza. No tengo el poder para crear leyes que prohíban a las personas poner piña en su comida. Me alegra no tener ese poder. Los presidentes no deberíamos tener poder ilimitado. No quisiera tener este trabajo si pudiera crear leyes para prohibir cosas triviales que no me gustan, ni tampoco quisiera vivir en un país donde las leyes se creen así. Para la pizza, recomiendo el marisco".

La noticia saltó a Twitter, donde -como siempre- hubo gente que se mostó a favor de la idea de prohibir la pizza y otros en contra: