El elogio de la velocidad sin límites en la carretera ya no es patrimonio del expresidente José María Aznar. Su compañero en la ejecutiva del PP y presidente de Navarra, Miguel Sanz, se vanaglorió el miércoles de haber cubierto los 50,7 kilómetros que separan Pamplona de la localidad de Allo en tan solo 20 minutos. Es decir, a una media de 152 kilómetros a la hora.

Como candidato a la reelección, Sanz participaba en la pequeña población de Navarra en un mitin de su partido, Unión del Pueblo Navarro (UPN), cuando decidió sacar pecho por la construcción de la autovía Pamplona-Logroño, recientemente inaugurada. "La autovía me ha permitido venir a mí de Pamplona a Allo en 20 minutos", proclamó. Y añadió, muy ufano: "No nos ha parado la policía".

Si la policía o los radares le hubieran detectado, el chófer de Sanz perdería muchos puntos del carnet y recibiría una buena sanción económica. Para cubrir el recorrido en una media de 152 kilómetros a la hora tuvo que superar como mínimo en 30 el límite permitido en autovías. La presidenta de la asociación de víctimas Stop Accidentes, Ana María Campo, cree "muy triste" que en pocas semanas dos dirigentes políticos se hayan reído de los límites de velocidad. "Seguro que no han perdido a ningún familiar en la carretera".