El presidente ruso, Dimitri Medvédev, declaró ayer día de luto nacional la jornada de mañana, 7 de diciembre, por los 109 fallecidos, el viernes por la noche, en el incendio de una discoteca en la región de Perm, cerca de los montes Urales, a 1.150 kilómetros al este de Moscú, y exigió a sus subordinados que castiguen duramente a los propietarios del establecimiento, que no respetaban las normas de seguridad. "No tienen cerebro, ni conciencia. Además, mostraron una indiferencia total ante lo sucedido y se dieron a la fuga. Deben afrontar un castigo ejemplar con todas las consecuencias", afirmó Medvédev.

El presidente, que se dirigía a los altos funcionarios concentrados en Perm, estaba visiblemente indignado por las circunstancias en las que se produjo el incendio. La administración del club organizó una fiesta de fuegos artificiales en el interior. Según explicó la policía, una chispa que alcanzó el techo originó el fuego.

ESTAMPIDA El desastre se produjo a las 23.15 (21.15 en España) del viernes en la discoteca El Caballo Cojo, situada en el centro de Perm. En el establecimiento se celebraba una fiesta con motivo de su octavo aniversario y asistían más de 250 personas. El incendio se propagó en cuestión de pocos segundos. Momentos después, se produjo una estampida debido a que el denso humo llenó rápidamente el salón y la multitud se lanzó hacia delante, tratando de escapar a través de las estrechas puertas. Los clientes del bar quedaron atrapados en el interior, en medio del pánico y la oscuridad.

La ministra de Sanidad, Tatiana Golikova, informó de que la mayor parte de los 129 heridos presentaban quemaduras en el 50% de sus cuerpos. "Lamentablemente, las quemaduras son bastante graves. Hay 130 hospitalizados, 88 de los cuales están en estado grave. De estos últimos, 59 se encuentran con respiración asistida", indicó.

En la discoteca había dos ciudadanos españoles que, afortunadamente, salieron ilesos, según informó el ministro de Interior de Rusia, Rashid Nurgalíev. "Los sacaron rápidamente del club, no sufrieron heridas y se encuentran en su hotel", afirmó. El titular de Interior no ha identificado a los ciudadanos españoles. A juzgar por las declaraciones de Nurgalíev, eran turistas u hombres de negocios que estaban de paso en Perm.

El dueño de la discoteca, Anatoli Zak, fue detenido ayer con cargos de homicidio involuntario, por no cumplir la normativa contra los incendios. Además, la Fiscalía rusa detuvo a otras cinco personas por su presunta responsabilidad. "Han sido detenidos el director artístico del local, uno de sus copropietarios y el autónomo que instaló el sistema de fuegos artificiales causante del incendio", dijo el portavoz del comité de investigaciones de la Fiscalía, Vladimir Markin.

Los familiares de las víctimas recibirán una indemnización de 100.000 rublos (unos 2.500 euros), según informó en un comunicado la gobernación de la región de Perm. Tanto EEUU como la presidencia de la UE expresaron ayer su "profunda tristeza" por la tragedia.