"Me dijo sor María que ella hablaría con el director de la clínica San Ramón, el doctor Vela, que es el ginecólogo, para que me viera. Me surgieron problemas graves (…). Sor María me decía que mi hijo iba a ser un traumatizado por ser de soltera y que tuviese en cuenta que yo no tenía trabajo mientras que, dándole en adopción, tendría unos padres que le querrían mucho y que nunca tendría problemas económicos". Fue una mujer soltera y embarazada, que había caído en manos de los presuntos responsables de la trama delictiva quien, en 1982, arrojó luz por primera vez sobre el macabro negocio de tráfico de bebés. Lo hizo en la revista 'Interviú', poco antes de que dos de sus periodistas, María Antonia Iglesias y Germán Gallego, capturaran la imagen que mejor simboliza la tragedia de los niños robados: el cadáver de una niña recién nacida en la clínica madrileña San Ramón que iba a ser vendida. Treinta y seis años después, el principal implicado, el ginecólogo Eduardo Vela, se sienta por primera vez, desde este martes, en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Madrid.

Tres delitos

La Fiscalía pide 11 años de prisión para él por participar en el robo de Inés Madrigal, que nació en 1969 y fue sustraída de sus padres biológicos y entregada a una pareja que no podía tener hijos. La acusación particular, por su parte, solicita 13 años de cárcel para Vela. El ministerio público atribuye al doctor tres delitos: sustracción de menores, suposición de parto cometido por facultativo y falsedad en documento oficial.

Vela ya declaró como investigado en diciembre del 2013 en relación con la denuncia del robo de Inés Madrigal, aunque se desvinculó de esa supuesta trama y negó su participación en los hechos, pues aunque reconoció su firma en el certificado de nacimiento de Madrigal dijo que "firmaba cosas sin mirarlas". Y añadió que no se explicaba ese hecho porque no conocía a Inés Pérez, una mujer estéril que figura como la madre biológica de la denunciante, pero que en realidad era la madre adoptiva.

Partos simulados con "tripas postizas"

El juicio al doctor Vela materializa al fin la lucha de miles de españoles que no tienen pruebas contundentes de la muerte de sus hijos, nacidos entre 1960 y 1990. También la búsqueda incansable de hijos robados, muchos de ellos vendidos a matrimonios que han fingido durante décadas ser los padres biológicos. Otros fueron dados en adopción irregular, mediante ingentes cantidades de dinero pagadas en ocasiones incluso a plazos a quienes se lucraron vendiéndolos "como si fueran un electrodoméstico", según denunció en 'Interviú' uno de los afectados.

Una empleada de la clínica San Ramón explicó así en 1982 a la revista el 'modus operandi' seguido por el doctor Vela en algunos casos: "Se han hecho partos simulados, con mujeres que se ponían una tripa postiza con goma espuma o con hinchables y que ingresaban al mismo tiempo que la chica embarazada de verdad. La chica salía después de parir, sin su hijo y el matrimonio con el bebé como si hubiera sido la otra la que realmente había parido".

Sor María, fallecida antes de ser juzgada

La Asociación Bebes Robados Región de Murcia, que preside la denunciante Inés Madrigal, y la Asociación SOS Bebés Robados Madrid temían que, dada la edad del doctor Vela, 85 años, pudiera ocurrir algo similar a lo que sucedió con sor María Gómez Valbuena. La monja fue la primera persona a la que un juez abrió diligencias por un caso de "niños robados" por presuntamente haberle arrebatado a una mujer la hija que tuvo en la clínica madrileña Santa Cristina, pero falleció antes de ser juzgada.

"Todas las víctimas esperamos con esperanza e impaciencia una decisión que puede marcar el curso de la historia, porque puede que al fin una sentencia ponga fin al negacionismo y deje al descubierto el drama que tantas madres, padres, hijos e hijas hemos tenido que sufrir sin que se nos termine de creer y debatiéndonos entre la admiración y compasión de la sociedad por un lado, y la incredulidad y el desprecio por otro", afirman desde entidad. Sin embargo, poco esperan de la declaración del ginecólogo acusado, que durante todos estos años ha negado que las "adopciones" se hicieran de manera irregular y, en declaraciones a 'Interviú' en el 2011, advirtió a los niños robados: "Olvidaos de encontrar a vuestros padres. Todo se hacía de forma verbal, no hay archivos ni ninguna constancia en papel". Otra de sus manifestaciones a la revista da pistas sobre la línea de defensa que, previsiblemente, seguirá durante el juicio. Vela justificó de esta manera que se pagara por un recién nacido lo mismo que por un piso en los años sesenta y setenta: "¿No se paga ahora también mucho dinero por un niño de China? Pues es lo mismo que antes aquí".