Victoria Anna Perea Sánchez, la primera bebé probeta de España, cumplió ayer 20 años. Si ella y sus padres estaban contentos por el hecho, más lo estaban sus padres científicos, Pere Barri y Anna Veiga, los médicos que hicieron posible su nacimiento en el Instituto Dexeus de Barcelona.

"Me une a ellos un vínculo muy especial, son como de la familia", afirmó ayer Victoria Anna durante la fiesta de aniversario que el centro médico le preparó. De hecho, lleva en su nombre el fuerte vínculo que sus padres establecieron con los científicos. Se llama Victoria porque para sus progenitores su nacimiento era un gran triunfo después de 13 años intentado tener un hijo. Y se llama Anna por Anna Veiga, jefa de la sección de Biología. Si hubiera sido chico, se habría llamado Ricard, como su padre, y Pere, por el director del Servicio de Medicina de la Reproducción, Pere Barri.

Victoria Anna estrenó llanto a las 19.40 horas del 12 de julio de 1984, seis años después de que naciera en Inglaterra Louise Brown, la primera bebé probeta del mundo. Sus padres, un matrimonio de Badalona, nunca le dijeron cómo la habían concebido, pero ella sabía que "era especial". "He estado en el anonimato y lo de ser la primera niña probeta lo he vivido con total normalidad", aseguró, aunque también se siente "orgullosa" por "abrir las puertas a muchas otras parejas" que vieron en ella "una esperanza para poder tener hijos".

Estudios

En la actualidad, estudia tercero de Publicidad y Relaciones Públicas. Dos o tres veces al año, visita a los médicos que hicieron posible su nacimiento, y lleva una vida normal. "Salgo con mis amigos, voy a la playa y me considero una buena estudiante".

Victoria Anna ocupa el puesto 601 de nacimientos de bebés probeta en el mundo. Hoy en día se calcula que el 1,5% de los niños que nacen son concebidos por fecundación in vitro, y se calcula que actualmente hay unos 15.000 en España.

Según Veiga, esto demuestra que la técnica "se ha ido normalizando con el tiempo". De hecho, en la Dexeus ya han nacido 5.656 bebés probeta. Según los facultativos, la tasa de éxito de embarazo en la clínica supera el 40%, frente al 15-20% de hace 20 años.

Barri aseguró ayer que, mientras en 1982 la principal preocupación era conseguir muchos embarazos, la política del centro se dirige ahora a evitar partos múltiples, por lo que desde el 2002 sólo se implantan 1,9 embriones de promedio a las pacientes. "Estamos satisfechos con esta política, con la que hemos logrado reducir en 13 puntos la tasa de gemelos", explicó. Las gestaciones de mellizos alcanzaron el 21,6% en el 2003, y las de trillizos un 1,5%. En opinión del facultativo, una buena tasa sería aquella con menos de un 20% de embarazos dobles y menos de un 2% de triples.