Se puede convertir en un conflicto diplomático. Pero no lo causará alguien que pide asilo político huyendo de su país. Es más bien al contrario y para quedarse con el tesoro. La princesa saudí Maha al-Sudairi se calcula que debe unos 15 millones de euros en ropa, joyas, servicios y alojamiento a las tiendas y los hoteles más chic de París, y ha encontrado un último refugio en la suite 115, registrada a nombre de su sobrino, del Georges V, cerca de los Campos Elíseos, para hacer frente a los acreedores que la persiguen desde hace un año sin éxito. Su marido es el viceministro y titular de Interior de Arabia Saudí, Nayef bin Abdulaziz.

"ada vez que llamo, me dicen que madame está durmiendo", ha explicado a periodistas la dueña de la boutique de lencería Au Caprice de Lilly, que le reclama 70.000 euros por todo tipo de prendas de ropa interior, bañadores, albornoces y pantuflas de alta gama que fue a buscar hace ya tiempo. "Se llevó un centenar de bolsas y su acompañante nos dijo que regresaría por la noche a pagar".

El abogado de la cadena de ropa confirmó que ha presentado una denuncia al Tribunal de Gran Instancia de París para cobrar 89.000 euros. En unas negociaciones a distancia, ya ha conseguido que se les devuelvan 50.000 euros.

Se trata solo de dos ejemplos. La lista de estafadas se amplía a Dior, Divina, Marine, Hanro, Nain Bleu, Victoria Casal y la joyería Chaumet, que ha dejado de ingresar 600.000 euros. Pero la palma de los acreedores se la lleva el hotel Crillon, que tiene pendiente una factura de ocho millones de euros. A la hora de pagar, las tarjetas no funcionaban y se extendían cheques sin fondos.