La familia imperial de Japón celebró ayer con un ritual antiquísimo la petición de mano de la princesa Sayako (en la foto, ayer, a la llegada a su pedida), única hija de los emperadores Akihito y Michiko, que se casará con el funcionario Yoashiki Kuroda después del verano.

Sayako, de 35 años y conocida como princesa Nori, y su prometido, de 39 años, pasaron el Nosai no Gi, un ceremonioso ritual privado en el que los futuros esposos se intercambian obsequios.

Este fue el primero de una serie de ritos propiciatorios de buena suerte que tendrán lugar hasta la boda, la primera de una princesa imperial nipona desde hace 46 años. En la ceremonia, un mensajero del novio debe visitar el palacio imperial con regalos exquisitos para respaldar la seriedad de la petición. El emisario de Kuroda ofreció a la familia real dos besugos frescos, tres botellas de sake y dos juegos de seda.