En los últimos 20 años han muerto en América Latina 344 periodistas (16 en el 2009) a manos de distintas bandas de delincuentes. A ellos y a la defensa de la libertad de prensa que hace en su nombre la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) rindió ayer un sentido homenaje el Premio Antonio Asensio de Periodismo, convocado por el Grupo Zeta, que celebró su séptima edición en el recinto ferial Ifema de Madrid. El acto, patrocinado por Endesa y que reunió a representantes de la política, los medios de comunicación y la sociedad civil, reconoció en esta ocasión la labor incansable que realiza la SIP desde hace 60 años y lanzó un mensaje de solidaridad y apoyo –en tiempos especialmente difíciles– a los periodistas que luchan en el Latinoamérica por estar cada día en los quioscos y proteger su independencia.

Así lo destacaron todos los participantes en la gala de entrega del premio, presidida por los príncipes de Asturias y amenizada por el arte flamenco y mestizo de los cantantes Miguel Poveda y Zenet. El príncipe Felipe animó a la SIP a continuar con su labor y, tras recordar que la «libertad impulsa la democracia en todo el mundo», culminó su intervención con un ruego: «Por favor, sigan adelante», reclamó a los integrantes de la organización.

TRABAJADOR INCANSABLE / Felipe, que participaba por segunda vez en la entrega del premio, citó al escritor Baltasar Gracián para enfatizar la importancia de la prensa en el mundo. «Hombres sin noticias, mundo a oscuras», parafraseó. También tuvo palabras de recuerdo para Antonio Asensio Pizarro, de quien dijo que fue un «trabajador incansable» cuya «intensa dedicación al periodismo» logró llevar al Grupo Zeta hasta el lugar que sigue ocupando actualmente, «entre los grandes protagonistas de la prensa española».

Especialmente emotivo fue el discurso de Enrique Santos Calderón, expresidente de la SIP y consejero de contenidos del diario El Tiempo de Colombia. Santos explicó que el periodismo vive tiempos «especialmente difíciles en todo el continente americano. «A la crisis económica, que ha obligado a cerrar a numerosos diarios, se han unido la actitudes francamente hostiles de gobiernos democráticamente elegidos que, una vez en el poder, se vuelven intolerables con la prensa crítica».

El periodista puso como ejemplo la «impresionante violencia» de los cárteles mexicanos del narcotráfico contra los periodistas; el cierre de emisoras de radio en Venezuela y el incremento de la presión y el control estatal sobre las empresas de comunicación que se está produciendo en Nicaragua, Bolivia y Ecuador.

«El Estado no puede responder con represión a los medios con los que no está de acuerdo o gobernar en silencio. Estamos preocupados por la creación de una arquitectura legal de acoso y derribo para llevarnos a la autocensura», añadió.

DEFENSA INALTERABLE / La gala, presentada por el periodista Juan Ramón Lucas, se inició con la intervención de Antonio Asensio Mosbah, presidente del Grupo Zeta. Asensio Mosbah recordó la importancia sentimental del galardón, que rinde homenaje póstumo a su padre y fundador del grupo, y repasó el palmarés del premio, simbolizando en los seis ganadores anteriores su trayectoria en defensa de la libertad de prensa en el ámbito local e internacional. «La defensa de la libertad de expresión ha de mantenerse inalterable en todo el mundo. No se debe ni se puede bajar la guardia nunca», afirmó.

El presidente del jurado, Alfonso S. Palomares, leyó el acta que concedió el premio a la SIP, por unanimidad, en la que destacó la «actividad insobornable» que desarrolla la entidad galardonada desde su fundación en Cuba, «frente a las injerencias y a las ofensivas de ciertos estados contra la libertad de expresión».