Tiene amenazada al 40% de la población mundial. Mata a un millón de personas al año. Y, sin embargo, por muy desesperanzadores que resulten estos datos, la malaria comienza a ser erradicable, según Pedro Alonso, médico del Hospital Clínic de Barcelona y director del Centro de Investigación en Salud de Manhiça (Mozambique), un organismo que ayer fue reconocido, junto a otros tres que también luchan contra esta enfermedad, con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación.

El jurado del galardón, presidido por el abogado Antonio Garrigues Walker, ha puesto el acento en la relación entre la pobreza y la dolencia, distinguiendo tanto la labor investigadora de los premiados --especialmente su papel en el desarrollo de la vacuna experimental RTS´S-- como su esfuerzo para formar al personal en Mozambique, Tanzania, Ghana y Malí.

Los premiados son: el Centro de Salud y Desarrollo de Ikafara, en Bagamoyo (Tanzania), el Centro de Investigación en Salud de Kitampo (Ghana) y el organismo que dirige Alonso junto a su esposa, Clara Menéndez, en el que ha investigado la RTS´S.