El príncipe de Asturias ha expresado hoy su "enorme aprecio" por el compromiso del papa Benedicto XVI con "la paz, la libertad y la dignidad del ser humano", especialmente en los tiempos "complejos y de crisis que vive el mundo". En sus palabras de bienvenida al pontífice en el aeropuerto compostelano de Lavacolla, Felipe ha subrayado que en estos tiempos "la guerra y el terrorismo, el hambre y la pobreza, la injusticia y el dolor, requieren de la firmeza, del compromiso personal y del esfuerzo de los gobernantes de la tierra y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad".

Tras agradecer al papa que visite hoy y mañana España por segunda vez en sus cinco años de pontificado y que tenga previsto hacerlo de nuevo el año que viene para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, el príncipe de Asturias ha recordado que "desde Santiago, España contribuyó a aunar valores y a ensanchar los horizontes de Europa". Siguiendo esa tradición, ha añadido, España también desea ahora "como país moderno, abierto y democrático, transmitir desde Santiago su voz comprometida y solidaria con los problemas y necesidades de tantos pueblos y seres humanos".

EL PRÍNCIPE HABLA EN GALLEGO

Felipe ha explicado al Papa, con una frase en gallego, que hacía tiempo que "estas tierras gallegas, de gentes amables y hospitalarias, esperaban vuestra visita", y ha subrayado que la ciudad espera con los brazos abiertos a un pontífice cuya ilusión por orar ante la tumba del Apóstol es conocida. "Venís como peregrino a transmitir un mensaje de fe, de paz y de esperanza; habéis querido así uniros a la multitud de jóvenes, adultos y mayores que recorren una ruta milenaria para llegar, en este Año Santo, a la imponente Catedral de Santiago".

El Príncipe ha subrayado la "eclosión" del número de peregrinos y caminantes que llegan a Compostela en los últimos años y ha recordado cómo él mismo, junto a la princesa Letizia, recorrieron el pasado mes de mayo uno de los tramos de ese "maravilloso itinerario espiritual y cultural". Un camino que "se ha convertido en verdadero símbolo de concordia, de fraternidad y de solidaridad", que "promueve valores y abre los espíritus; nos convoca a la reflexión y al reencuentro con nosotros mismos; nos invita a superarnos, a afrontar retos y a alcanzar nuevas metas".