De entre las velas que cubrían ayer la bahía de Palma surgió intrépida la lancha Somni, con la reina Sofía, la infanta Cristina (ambas, a la izquierda) y la princesa Irene de Grecia a bordo. Las tres mujeres se acercaron al campo de regatas mallorquín para seguir la salida de la tercera jornada de competición, la más larga de esta 24 edición de la Copa del Rey de vela. Juan Carlos, que viajará mañana a Riad acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Angel Moratinos, para expresar a las autoridades saudís sus condolencias por la muerte del rey Fahd, no participó en la prueba de ayer a la caña del Bribón.

ARROZ CON GAMBAS La Reina, su hija y su hermana siguieron con atención las evoluciones del Azur de Puig, a cuya tripulación no ha podido sumarse este verano Cristina por su reciente maternidad. El trío de damas se retiró poco después de la salida de la regata con rumbo a Puerto Pi. Poco antes, el príncipe Felipe accedió por mar al Club Náutico para saludar una vez más a los miembros de la tripulación del CAM, el barco al que no se ha subido esta vez, pero que visita casi a diario.

El Náutico es una pasarela real. El martes, una paella para 1.500 comensales (con centollo y gambas) recibió a las tripulaciones tras el regateo. Previa ducha en cubierta, los regatistas se pusieron sus mejores polos y bermudas y se fueron a disfrutar del arroz. La sorpresa la dieron Felipe y Letizia (a la derecha) cuando llegaron para sumarse a la paella que amenizó el rockero, y amigo del Príncipe, Jaume Anglada.