Tras dos días evaporados por Jordania, Felipe y Letizia aparecieron ayer por la tarde en la antigua ciudad de Petra. Allí, además de los espectaculares templos nabateos, les aguardaban desde el sábado decenas de periodistas y paparazzi españoles, ansiosos por hacer una de las fotos más exóticas del álbum de la luna de miel de la pareja.

Con el fresco de la tarde, los recién casados llegaron a este valle del desierto jordano siguiendo el libro de estilo que habían acuñado la semana pasada durante su particular vuelta a España: ella, con zapato plano, y él, buscando el mejor ángulo de su esposa y el paisaje con la cámara colgada del cuello.

Durante una hora y media, recorrieron a pie, acompañados por un guía, la joya de la corona de la arqueología jordana.

Desde el jueves no había rastro fotográfico de la pareja después de asistir a la boda del heredero de Jordania. Al día siguiente, se fueron a Aqaba, donde se celebró una cena de gala, en la que Felipe dio un recital de salsa y merengue, según cuenta una amiga de la princesa Noor. "¡Qué barbaridad! ¡Cómo bailaba salsa! ¡Qué ritmo!", exclamó Irene Karanisou. Su esposa Letizia, por lo visto, fue incapaz de seguirle.

LOS REYES, CON LOS POLICIAS Juan Carlos y Sofía recibieron ayer en la Zarzuela a representantes de las fuerzas de seguridad que tomaron parte en los operativos del enlace de Felipe y Letizia. Encabezados por el ministro del Interior.

FAVORITA EN ECUADOR Las 80 candidatas a Miss Universo, entre ellas, la española María Jesús Ruiz, apuran las últimas horas antes de que una de ellas sea coronada la madrugada del miércoles (según el horario español) en Quito, la capital de Ecuador. Entre las 80 misses, los jurados han elegido a 15 semifinalistas.