El detenido por quebrantar la orden de alejamiento que pesaba sobre él con respecto a la madre de Gabriel Cruz, el niño de ocho años cuyo rastro se perdió en Las Hortichuelas, Níjar (Almería), a primera hora de la tarde del martes, va a ingresar en prisión este sábado, en virtud de la condena a seis meses de cárcel que en febrero le fue impuesta por hechos similares.

Así lo han confirmado este sábado fuentes de la Guardia Civil en Almería, quienes han explicado a Europa Press que el ingreso en prisión de este hombre se produce, no por el último presunto quebrantamiento, sino porque tenía una orden de ingreso en prisión por el quebrantamiento anterior por el que había sido condenado en febrero.

La Guardia Civil ha reiterado sin embargo que, tal como señaló el viernes el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, hasta el momento no se ha encontrado ninguna vinculación entre este hombre y la desaparición del pequeño Gabriel, cuya búsqueda se ha reanudado en la mañana de este sábado.

D.M.F.A., de 42 años, fue condenado, en concreto, a la pena de seis meses de prisión con la atenuante de trastorno mental por quebranto de medida cautelar ya que, en noviembre del 2016, le fue impuesta una medida de alejamiento de 200 metros por parte del Juzgado de Instrucción 6 de Almería, que tiene vigencia hasta noviembre del 2019.

La sentencia del Juzgado de lo Penal 1, contra la que cabe recurso de apelación, recoge que D.M.F.A., en dependencias de la Comandancia de Almería desde el miércoles en calidad de arrestado, se personó en la mañana del 11 de abril del 2017 en una en las inmediaciones del Pabellón Moisés Ruiz de la capital almeriense.

OBSESIONADO CON LA MADRE

Lo hizo, según remarca el magistrado, "siendo conocedor de que" Patricia Ramírez acudía "habitualmente al mismo por motivos laborales". A continuación, sobre las 15.45 horas, se personó en una cafetería situada a unos 50 metros del referido pabellón "incumpliendo con ello lo dispuesto en dicha resolución judicial".

El fallo, de 14 de febrero, indica, asimismo, que D.M.F.A. presenta una alteración afectiva base que le determina "una percepción alterada de la realidad, que supone una incapacidad para comprender la naturaleza e ilicitud de los hechos enjuiciados".

Este procedimiento penal contra D.M.F.A. deriva de una sentencia de 7 de noviembre del 2016 del Juzgado de Instrucción 6 de Almería que le condenó, con su conformidad, a tres meses de prisión como autor de un delito de acoso y a la medida de alejamiento que ha roto en, al menos, dos ocasiones. La magistrada señaló que el ahora detenido se había "obsesionado" con la madre del pequeño Gabriel y que, de modo "insistente y reiterado", había buscado "su cercanía física e intentado contactar con ella, quien sintió su ánimo seriamente perturbado y temor a salir a la calle por no encontrarse con él".