Cambian los capuchones por máscaras y el púrpura de las túnicas por el blanco de los trajes anticontaminación para reconvertir las tradicionales procesiones religiosas de Semana Santa en una marea de solidaridad con Galicia.

Los voluntarios regresan para emprender la limpieza de los más de 180 kilómetros de litoral que permanecen afectados por el fuel cinco meses después del inicio de la tragedia del Prestige.

La Xunta prevé que durante estas vacaciones más de 11.300 personas se acerquen, de nuevo, a Galicia. Durante el fin de semana la primera avanzadilla trajo más de 1.000 trabajadores, que tuvieron que hacer frente a un tiempo adverso para realizar una limpieza que requiere más minuciosidad y menos fuerza que la que acometieron en Navidad.

Ahora ya no hay que sacar grandes cantidades de chapapote del litoral. Hay que recoger pequeñas galletas de fuel, limpiar con cuidado las rocas y escarbar en la arena para retirar capas soterradas de petróleo.

A Muxía acudieron unas 150 personas, la zona cero de la marea negra, donde aún hay barcos que pueden llegar a recoger del mar hasta 14 toneladas de fuel en un solo día.

CONTINGENTE

En la Costa de la Muerte, las autoridades aprovecharán el último gran contingente de trabajadores para acelerar la limpieza de las piedras de Touriñán o las del museo de Man, el alemán de Camelle que esculpía motivos abstractos en las rocas de la costa y que murió tras la tristeza que le produjo ver su obra manchada por el fuel.