La Guardia Civil ha detenido en Madrid a los dueños de una productora --un matrimonio y sus dos hijos-- por estafar unos cinco millones de euros (unos 830 millones de pesetas) con un número 806 en programas de televisión emitidos en cadenas locales de España. La operación se inició en octubre pasado, a raíz de una denuncia de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Los arrestados, de nacionalidad española, son los propietarios de la productora TVL y de tres cadenas locales de Madrid. Entre ellas, Telesierra, ubicada en Tres Cantos. El matrimonio lo componen Rodrigo C., y Rosario C. Z. Ambos tienen alrededor de 60 años. Sus hijos, Recadero y Rosario, rondan los 30. Los detenidos, que se podrían enfrentar a penas de entre uno y cuatro años de cárcel, cometieron la estafa durante más de un año.

PREGUNTAS ABSURDAS La productora de su propiedad comercializaba en cadenas locales de toda España un concurso en el que los presentadores realizaban preguntas muy sencillas y animaban a los televidentes a dar sus respuestas en un teléfono de tarificación adicional, un 806, que cuesta un euro por minuto.

El comandante Juan Salom, jefe de la unidad de delitos informáticos de la Guardia Civil, explicó ayer que las preguntas eran absurdas, y puso un ejemplo: "¿Qué nombre masculino se dice después de estornudar?".

Ante la obviedad de las respuestas, muchos televidentes llamaban al número que aparecía impreso en pantalla. Pero nunca entraban en antena. "Saltaba un contestador en el que se advertía del precio de la llamada y se mantenía al concursante en espera", destacó el comandante.

Una vez finalizados los 30 minutos que estipula la legislación como máximo para este tipo de llamadas, el televidente perdía la comunicación al otro lado del teléfono. En ese momento, los concursantes no eran conscientes de que acababan de ser estafados con 30 euros. Se daban cuenta más tarde, al comprobar la factura del teléfono.

El comandante de la Guardia Civil destacó que el programa duraba algo menos de dos horas y se emitía tanto en directo como en diferido. Los espacios se servían de falsos concursantes, que daban respuestas incorrectas. Así, dijo, se anima más a los usuarios a llamar para lograr los premios, electrodomésticos o juegos de maletas.

Los agentes no han podido demostrar la complicidad de los presentadores. Sin embargo, las investigaciones apuntan a que, con toda probabilidad, algunos empleados conocían la estafa y formaban parte de la trama de falsos concursantes que llamaban con respuestas falsas.