Los países del Sahel afectados por la plaga, antiguas colonias francesas, cuentan con un programa conjunto de actuación. Su nombre en siglas es OCLAVAV (Organisation Commune de Lutte Anti-acridienne et Anti-aviaire). Además del apoyo de la FAO, disponía hasta hace poco de especialistas, dinero, vehículos e insecticidas suficientes como para controlar los cuatro millones de kilómetros cuadrados susceptibles de ser atacados. Sus éxitos habían sido importantes, por ejemplo, en la gran plaga de 1961. Pero, la falta de fondos y las diferencias nacionales han provocado su práctica extinción, dice la prensa local.