Madrileño de nacimiento, pero cacereño de adopción. A base de humildad y mucho trabajo, David Cuerva, va dando pasos, y no precisamente pequeños, en la dura industria del fútbol. A sus 18 años, un brillante porvenir se abre ante él. Y es que tras una gran temporada con el juvenil del Cacereño, rematada con ascenso, el Villareal ha puesto sus ojos en esta joven promesa.

Pero no de una sola gran temporada le viene el éxito a David. Su pasión por el fútbol y su esfuerzo desde pequeño le han hecho poseedor de un gran palmarés a su corta edad, que no hubiera sido posible sin el apoyo de sus padres a quienes, dice, siempre estará agradecido.

Recuerda con cariño las muchas horas de coche que ellos hacían desde su casa, en Azuqueca de Henares, hasta Alcalá, con tal de que no faltase a ni un entrenamiento, y el apoyo que éstos representaban desde la grada, donde siempre estaban, lloviese o tronase.

CAMPEON ALEVIN Gracias a todo eso, David Cuerva fue elegido para formar parte de la selección madrileña, con la que conquistó el Campeonato de España en categoría alevín. Esta experiencia le permitió codearse con jugadores de las canteras de todos los grandes equipos nacionales, quizás un pronóstico de lo que el futuro le depara. Un jugador tan prometedor llamó la atención en muchos clubs, pero el destino hizo que sus padres decidieran trasladar su residencia a la tranquila ciudad de Cáceres, y que David les acompañase.

Tras seis años, incluso su acento se ha vuelto cacereño. "Fue un gran cambio" reconoce, pero un cambio que, aunque costoso en un principio, le ha reportado una buena recompensa.

Tras pasar una semana a principios de año en Villareal, Cuerva encandiló con su juego a los técnicos del ´submarino amarillo´, que no tardaron en ofrecerle un contrato por mínimo de dos años. Antes de comenzar la temporada con el juvenil del Villareal, David ha viajado con sus nuevos compañeros a Alemania y Croacia. "Me han acogido muy bien" afirma Cuerva, al que se le dibuja una especial sonrisa cuando habla de su nuevo club. Y es que el chico tiene ganas de seguir progresando, ahora en la cantera de un equipo de primera división. Pese a su juventud, David es una persona muy madura, tanto a nivel deportivo como personal, que sabe lo que le ha costado llegar hasta donde está.

Por eso no se conforma con poco, y pretende, además de aprovechar al máximo cada minuto al lado de sus nuevos entrenadores, comenzar la universidad y estudiar lo que siempre le ha gustado, Educación Física.

Pero David tiene algo que le servirá de llave para abrir cualquier puerta que se proponga, y que no se consigue ni con estudios ni entrenamientos: la humildad, la pura humildad.