Aquello de "no tengo oído para los idiomas" no es nada banal. Un estudio del Grupo de Investigación de Neurociencia Cognitiva del Parc Científic de Barcelona que publica hoy la revista PNAS revela que algunas personas muestran una mayor dificultad que otras para distinguir y reproducir los sonidos propios de las lenguas --los fonemas--. El trabajo demuestra que los individuos capaces de entender una segunda lengua como si fueran nativos no tienen problemas para distinguir los sonidos de su propia lengua. Parece una obviedad, pero el estudio evidencia asimismo que las personas con dificultad para aprender un segundo idioma tienen ciertas dificultades para distinguir los fonemas de su lengua materna.

Los resultados ponen de relieve la importancia de la vertiente oral del lenguaje en el aprendizaje de un idioma. "Aunque tu vocabulario y gramática en inglés sean excelentes, puedes tener problemas para entenderlo de oídas", argumentó ayer Albert Costa, de la Universitat de Barcelona y uno de los autores del trabajo. Así, las personas menos predispuestas a identificar los fonemas requerirán profesores de idiomas que enfaticen la pronunciación. El estudio echa por los suelos la creencia de que para aprender palabras la pronunciación no importa.

HISTORIA LING ISTICA El autor aclaró que el estudio pretende explicar por qué dos personas que comparten la misma historia lingüística muestran diferencias de habilidad a la hora de percibir un lenguaje. Para ello, los autores seleccionaron a 126 estudiantes universitarios con una historia similar: todos pertenecen a familias castellanoparlantes y aprendieron también una segunda lengua, el catalán, cuando iniciaron el parvulario.

Los investigadores seleccionaron a 31 estudiantes que clasificaron en dos grupos: los que mejor y peor percibían los fonemas del catalán. Luego midieron la respuesta de su cerebro a estímulos auditivos. Ante un cambio de sonido el cerebro humano muestra un pico de actividad que los expertos denominan potencial de disparidad. Este potencial fue idéntico entre ambos grupos cuando se los sometió a la audición de tonos no lingüísticos. Pero al realizar el mismo experimento con fonemas de la lengua materna de los voluntarios --el castellano--, la respuesta fue mayor en las personas que mostraban menos problemas para su segunda lengua. "Los que son buenos en la segunda lengua evidencian una amplitud mayor también en su lengua materna", aclaró Costa. Estos son los que tienen oído por los idiomas.