Fue una declaración tan serena como aplastante. El empresario Javier María Ferrero, uno de los dueños de la firma Nutrexpa, machacó con su demoledor relato a los dos principales acusados de la trama de corrupción judicial, el exjuez Lluís Pascual Estevill y el abogado Joan Piqué Vidal. Estevill ni miraba a Ferrero cuando éste explicó que ingresaron 25 millones en su cuenta de Suiza para evitar la prisión. Vidal movía la cabeza en señal de negación cuando el empresario dijo que el letrado reclamó una minuta de seis millones de pesetas por su "gestión" ante el juez.

Décima jornada de la vista oral. Fue el turno de la declaración de los directivos de Idapsa y Nutrexpa, "los primeros extorsionados por Estevill", usando las palabras de Ferrero. La extorsión se remonta a 1991, cuando el magistrado era titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Terrassa e investigaba a las empresas Idapsa y Nutrexpa --administradas por los mismos directivos-- por un asunto de facturas falsas.

Inició la jornada el que fuera director financiero de Idapsa, Salvador Bach, que pasó cinco días en prisión después de declarar ante Estevill. "El juez estaba a dos palmos, me miró, me tiró el humo a la cara y me dijo que no se creía lo que le estaba diciendo", explicó Bach al tribunal. Un gráfico ejemplo de la actitud "amenazante" del juez durante los interrogatorios, que otro testigo calificó de "durísimos, fortísimos y fuera de lugar". Después de que Tomás Lamarca se interesara por él, quedó en libertad.