TYt más justo, y más cargado de razón. Y de razones. Para el diálogo. Para la búsqueda del entendimiento. Para construir una sociedad distinta, más igualitaria, más fuerte, más abierta, más capaz de entender al otro. Para apoyarnos en los hombros de los que pueden ayudarnos. Para saber empezar todas las veces que haga falta. Y reír. Y mirar hacia delante. Y llorar, cuando no nos quede otro remedio.

Dicen que la felicidad es una manta pequeña, que si nos tapa los pies no puede taparnos la cabeza. Ojalá que el 2007 pudiera traernos una manta mayor. A las mujeres maltratadas, para que puedan levantar la voz y decir NO, bien alto y bien claro. A los que estamos cerca, para que podamos entenderlo, aunque no lo hayan dicho ni tan claro, ni tan alto, y sepamos decirlo con ella, o por ella, o para ella. A las minorías, para que el color de la piel no sea una distancia, ni la religión, ni la orientación sexual, ni los cartones con que algunos tienen que protegerse contra el frío. A los enfermos, para que sepan que no están solos, a los mayores, a los adolescentes, con sus rabietas y su incomprensión.

Ojalá esa manta, que se resiste a taparnos por entero, pudiera cubrirnos a todos algún día, aunque tuviéramos que dejar fuera algo más que los pies o la cabeza. Ya sé que suena a utopía, y que algunos no estarían dispuestos jamás a ceder un solo trocito de su manta. Pero me resisto a creer en palabras vacías. Al fin y al cabo, para eso son estas fechas, para desear lo inalcanzable. ¡Próspero Año Nuevo para todos y muchas felicidades para siempre!