La psicóloga clínica estadounidense Melissa Farley, investigadora y experta en temas de prostitución y violencia de género, cree que "la prostitución es una forma de violencia de género y maltrato". Farley, que ha realizado un estudio sobre el estrés postraumático en la prostitución y en las mujeres víctimas de violencia de género, dice que el principal mecanismo de perpetuación de este problema es la "aceptación social de que existe" hacia la prostitución y el proxenetismo.

Muchas de las mujeres que se ven abocadas a ejercer esta profesión, añade, lo hacen porque han salido de relaciones violentas y porque tienen dificultades económicas, y "debido al sexismo imperante es lo único que les queda".