El largo fin de semana se cerró ayer con uno de los balances más negros de los últimos años: 64 personas murieron en las carreteras españolas y otras 33 sufrieron heridas graves entre las tres de la tarde del viernes y las ocho de la noche de ayer.

Desde 1999, cuando fallecieron 75 personas, no se contabilizaba un balance tan descorazonador. El pasado año, a las ocho de la noche del último día del puente, el balance era de 55 víctimas, aunque subió a 63 con las muertes ocurridas en las cuatro horas posteriores, así como las de algunos de los heridos que fallecieron días después.

EL PEOR DE TODOS La Dirección General de Tráfico (DGT), pese a haber advertido reiteradamente del peligro del mal tiempo, dejó para hoy la explicación de las causas de la alta siniestralidad. Sólo apuntó que en cada uno de los 45 accidentes mortales se habían producido "muchas víctimas". De entre los registrados ayer, el peor tuvo lugar en Sollana (Valencia). Murieron tres personas al colisionar cuatro vehículos en la N-332. El desencadenante fue una colisión frontal entre dos turismos sobre los que luego se empotraron otros dos coches.

Las dos víctimas mortales son los dos conductores de los vehículos que chocaron frontalmente, dos hombres de 30 y 21 años, y uno de los ocupantes, de 22 años de edad. El peor siniestro de todo el puente tuvo lugar la madrugada del sábado en la autopista A-68, en Zuya (Alava). Fallecieron cuatro mujeres que viajaban en el mismo coche y un hombre que auxilió a los heridos. En el choque se implicaron seis vehículos. El País Vasco y Andalucía ha sido el escenario de gran parte de los choques más graves, con 14 y 15 víctimas mortales, respectivamente.