La promesa, hace ya casi año y medio de la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, de reformar la ley del tabaco para prohibir fumar en todo espacio público cerrado, no prospera. Los grupos parlamentarios llevan más de dos meses preparando enmiendas a la propuesta del Gobierno. El plazo se ha alargado hasta el 17 de septiembre y se ha aceptado la comparecencia hasta octubre de cinco de los 12 representantes de los sectores implicados (hosteleros, casinos, discotecas, sindicatos, médicos y fumadores), a propuesta del Partido Popular, con el objetivo de ganar tiempo e impedir que la reforma sea efectiva el 1 de enero, como prometió Jiménez.

Los farragosos trámites que siguen en la comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados dan una idea del atasco y la dificultad de cumplir el calendario: tras la comparecencia se constituirá la ponencia, se examinarán las enmiendas y se comunicará a las partes. Luego se someterán a votación en la comisión, que tiene capacidad legislativa plena. A continuación, se enviarán al Senado y se abrirá otro período de enmiendas en su comisión de Sanidad. Después, se votarán en el pleno y si hay modificaciones (en la Cámara alta el PP suele conseguir fáciles mayorías), la reforma volverá al pleno del Congreso.

AVALANCHA DE ENMIENDAS "Mantenemos el proyecto y confiamos en llegar a tiempo. Procuraremos que las comparecencias pedidas por el PP y la avalancha de enmiendas no supongan un retraso", confió ayer Guadalupe Martín, portavoz adjunta del PSOE en la comisión. "Lo importante es hacer una buena ley, no deprisa y corriendo. Si hay retraso, el Gobierno es el responsable. Ha tenido tiempo para hacer una reforma legal en lugar de una proposición de ley con la que ha hurtado el debate", aseguró Santiago Cervera, vocal del PP en la comisión.

El proyecto del Gobierno ha dejado cuatro excepciones que pueden ser un coladero de enmiendas y de la ley. Permite fumar en cárceles, psiquiátricos, hoteles y los denominados "clubs de fumadores", lo que abre la puerta a que bares y restaurantes se reconviertan en ellos. Mario Mingo, portavoz de Sanidad del PP y principal batallador contra la norma, anunció, entre la lluvia de enmiendas de su grupo, que se permita a hosteleros y empresarios de discotecas y casinos habilitar salas especiales o cubículos sin camareros en los que pueden acudir los fumadores. "Es una forma de luchar contra el tabaquismo dejando que la gente viva", dijo. El PP también pedirá una moratoria de la ley de 6 meses a 2 años para resarcir al sector hostelero de las pérdidas, que se permita fumar en las residencias de ancianos y que el Sistema Nacional de Salud financie los tratamientos.

COMPENSACIONES CiU y ERC apoyan en principio el proyecto del Gobierno. Pero no lo consideran una prioridad y, como en otras ocasiones, no se sabrá hasta llegado el momento si se abstendrán en la votación. Por el momento, han puesto sobre la mesa que exigirán una compensación mediante algún tipo de beneficio o ventajas fiscales para los hosteleros que habilitaron zonas de fumadores. En este aspecto, el Ejecutivo no está por la labor. Aduce que no se les obligó a hacerlo y que las obras ya están amortizadas.