¿Qué tal se está ahí arriba? Estoy segura que estás genial con tío Chiqui y con Paco en ese lugar tan bonito del que quisiste regresar el año pasado porque aún te quedaban algunas cosas por ver.

Aquí la vida sigue adelante, no es fácil sin ti. María no deja de preguntar por su Toto, su padre le ha dicho que estás en el cielo vigilando a los angelitos para que no hagan ruido.

A mamá todo le recuerda a ti. Para ella es más difícil que para nadie, pero te prometo que Mané y yo la vamos a ayudar en todo y lo va a superar, ya verás como pronto la ves sonreír.

Sé que desde ahí viste las muestras de cariño de todo el mundo, de tus hermanos, de tus cuñadas, apoyando a mamá, e incluso de tus sobrinos y los de mamá que fueron a darte su último adiós.

Todo el mundo está sorprendido de mi fuerza y mi entereza, hasta yo misma, papi, pero sé que eres tú el que me la da, tú y todos los que han estado a mi alrededor; en estos momentos es cuando se demuestran las cosas y a mí me han demostrado mucho.

Ha sido duro, pero he cumplido mi promesa y tus cenizas descansan donde tu querías, cerca de tu Virgen.

Bueno, papi, ya me despido, solo te pido que desde ahí ayudes a mamá, y le hagas entender que ella hizo todo lo que podía hacer y más, y que te cuidó como nadie lo habría hecho.

Un besito.

Montaña Valiente

Cáceres