Supongo que ninguno de ustedes se acordará de estos interfectos. La anécdota, que sucedió hace más de 15 años, ya ha prescristo y por eso se puede contar. Un compañero no podía asistir como jurado a unos premios musicales que se iban a celebrar en la plaza de toros de Cáceres. Así que me pidió el favor de sustituirle y acepté. En maldita sea la hora.

Cuando llegué a la plaza estaba entera decorada con carteles de Aliados del Viento, uno de los grupos que iba a intervenir. Aquello me extrañó mucho, porque no es normal que en un concurso se luzca ese tipo de propaganda de uno de los participantes. Cuando tocaron todos los grupos nos reunieron a altas horas de la noche para las votaciones.

Antes, un mequetefre que no he vuelto a ver en la vida y que decía ser productor musical o entendido en la materia se me acercó y en un aparte me dijo: "¿Qué tal has visto todo? Hombre, yo creo que los Aliados del Viento son con diferencia los mejores... Deberías votarlos".

Aquella labor de zapa la fue realizando --él y más gente-- con otros miembros del jurado.

A la hora de las votaciones un numerosísimo grupo de los miembros del jurado daba 10 sin parar a Aliados del Viento, que por otra parte eran unos petardos de mucho cuidado y un tostonazo.

Aún así, las sumas no daban la victoria a los Aliados del Viento de marras. E incluso se volvió a hacerse el recuento para que --por décimas-- ganaran. Varios miembros del jurado protestamos, pero fue imposible. Los Aliados del Viento tenían muchos aliados. Ahora nadie sabe quiénes son. Refrán: La cultura del pucherazo a algunos les mola mazo para dar el pelotazo .