La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), responsable del cáncer de cuello de útero, no debe esperar, pues cada día mata a dos españolas, y debe implantarse al unísono en todas las autonomías, ya que para que sea eficaz tiene que inocularse en toda la población que la demanda a la vez. Los presidentes de seis sociedades científicas expusieron ayer esta visión de consenso en la presentación de una campaña nacional que conmemora a través de un monumento "el principio el fin" de la enfermedad.

El monumento, formado por 16 columnas de acero de cinco metros de altura, trata de representar el "hito sin precedentes" que a su juicio a supuesto la aparición de dos vacunas que pueden acabar con este tipo de cáncer, el segundo más mortífero en la mujer tras el de mama. En él se inscribirán los nombres de las 25.600 personas que colaboren en la campaña. Su ubicación se decidirá mediante un concurso entre todos los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes.

País Vasco, Navarra, La Rioja, Cantabria, Canarias, Ceuta y Melilla ya la suministran. Castilla y León lo hará en abril, y Aragón, en junio.