Creo que las iglesias, en la gran comunión de la Iglesia católica, van hacia una presencia social más firme, más evangélica, pero dispuestas a la pobreza". El sereno y barbado benedictino Manuel Nin no se refiere únicamente a la pobreza material. "Esa ya existe en muchas iglesias. Yo hablo de la pobreza de la presencia. Europa, nos guste o no, se está islamizando. Otros grupos religiosos tomarán, pues, el protagonismo".

Manuel Nin es el rector del Colegio Griego de Roma, seminario que forma futuros sacerdotes procedentes de iglesias orientales latinas. Este benedictino cree que el problema de la división entre los cristianos, sobre todo con los de Oriente, se basa, en buena medida, en la separación, en el olvido mutuo. Y entiende que los errores de varios siglos no pueden solucionarse instantáneamente.

GESTOS BONDADOSOS "Pero yo tengo esperanza y creo en la bondad de algunos gestos. Ya en 1975 Pablo VI, por cierto también enfermo, besó en la Capilla Sixtina el pie del representante del Patriarca de Constantinopla. Un gesto que el ceremonial no lo había previsto porque fue espontáneo. Y eso es tan cierto que el fotógrafo pontificio no se encontraba ya en el recinto y no existe fotografía de aquel gesto".

Uno de los problemas que, según Manuel Nin, habrá de afrontar el nuevo papa será el de cómo el episcopado mundial tendrá que gestionar la comunión con Roma y cómo Roma habrá de respetar y estimular al episcopado mundial. "Las iglesias ortodoxas son comunidades autónomas que tienen un metropolitano o patriarca como cabeza visible, comunidades que viven unidas entre sí por una comunión litúrgica, espiritual, pero cada una de ellas tiene una gestión propia".

Es cada iglesia la que elige, por ejemplo, a sus propios obispos, teniendo, según el rector del Colegio Griego, un conocimiento de la realidad más concreto. Pero, por el hecho de ser iglesias autocéfalas, parece que muchas cuestiones no acaban de resolverse nunca.

CASADOS Y MUJERES "Quizá algunos ignoren, destaca Manuel Nin, que las mismas iglesias orientales católicas han conservado muy celosamente su autonomía. Pensemos en los patriarcas orientales católicos. Las iglesias orientales católicas eligen a sus propios obispos y se limitan a comunicar a Roma qué obispos han sido elegidos".

En las iglesias orientales católicas coexisten los sacerdotes célibes y los casados. Y esta tradición que, ellos no perdieron, es, según Nin, una gran riqueza. "Pienso que éste es otro punto que quizá deberá afrontar el nuevo papa y no por la falta de vocaciones sino por la riqueza que significa poder vivir el sacerdocio en el celibato o en la propia familia. Y conviene subrayar que los sacerdotes orientales no se casan sino que en Oriente se ordenan hombres casados". Antes de ordenarse, el seminarista oriental debe decidir si se orienta hacia el celibato o hacia el matrimonio. Oriente, pues, no casa a ningún sacerdote.

Cuando se le pregunta por la ordenación de las mujeres, Manuel Nin recurre a su larga barba. "No hay testimonio en toda la tradición de las iglesias cristianas de mujeres ordenadas. Si la Iglesia latina se planteara la posibilidad de ordenar mujeres se profundizaría aún más en el abismo que nos separa de Oriente. Y lo digo con todo el respeto para las mujeres".

LA FAMILIA El cardenal Julián Herranz recibe en su despacho de la plaza Pío XII, en el Vaticano. Es presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos y gusta hablar más de Abraham y la eternidad que del futuro. "La Iglesia no tiene más programa que evangelizar, llevar la buena nueva de Jesucristo a la humanidad. Y, evidentemente, quien va a comunicar el bien ha de procurar un mejoramiento,

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