Los primeros 37 radares fijos instalados por la Dirección General de Tráfico (DGT) a principios del pasado verano pillan cada día a una media de 2.401 conductores que rebasan los límites de velocidad, pese a que los puntos de control están perfectamente señalizados. La cifra ha bajado sustancialmente porque durante el mes de julio, el de su estreno, detectaron 4.153 infracciones al día, según explicó ayer el director general de Tráfico, Pere Navarro, en el Congreso de los Diputados. La suma de los tres primeros meses de la puesta en marcha arroja un saldo de 268.650 infracciones detectadas, la mayor parte de las cuales corresponden a excesos de velocidad que oscilan entre los 150 y los 160 kilómetros por hora. No todos sus protagonistas serán, sin embargo, multados. Navarro admitió que el sistema de identificación de matrículas en el que se basan los radares no puede identificar las matrículas de los vehículos extranjeros.