Un recién nacido murió ayer al caer al vacío desde un segundo piso en la localidad valenciana de Burjassot. Una pareja que caminaba a las 3.30 de la madrugada encontró el bebé sobre la acera de la avenida Maria Ros. La madre de la criatura, una mujer de 30 años que presentaba síntomas de alteración mental, fue detenida horas después del hallazgo del cadáver.

El bebé estaba moribundo y empapado en sangre. Al tener el cordón umbilical sin atar sufría una importante hemorragia. Los servicios médicos de urgencia comprobaron que también presentaba contusiones como consecuencia de fuertes golpes sufridos al parecer a causa de la caída. El rápido traslado al Hospital La Fe de Valencia no sirvió para salvar la vida al pequeño.

Las heridas hicieron sospechar a la policía que el pequeño podría haber caído de un edificio cercano. La investigación condujo a una de las viviendas y a la detención, hacia las tres de la tarde, de una mujer de 30 años que había dado a luz esa noche. Según fuentes policiales, la detenida presentaba síntomas de padecer "un fuerte desequilibrio mental". Una vecina explicó que la mujer era soltera y vivía con sus padres.