TEtl otro día, Fernando Sánchez Dragó apareció en el informativo que presenta en Telemadrid con unas orejas de burro. De esta manera ponía en escena su particular acto de contrición sobre unas declaraciones al periódico gratuito 20 minutos , en las que decía que "los españoles son uno de los pueblos más sucios de la Tierra y los madrileños ni te digo. Y los emigrantes, aún peor". En la misma entrevista, el presentador opinaba que los madrileños ya no existen, "ahora son negros, cobrizos y amarillos".

La forma de retractarse no gustó al grupo socialista de la Comunidad de Madrid, que había exigido una inmediata rectificación del presentador. Y no me extraña, porque si rectificar es de sabios, hacerlo con una coletilla, ya sea inculpando al contrario (perdona, pero tú también... ) o exculpándose a sí mismo ( lo siento, pero yo tenía razón ), o intentando minimizar la ofensa, convirtiendo el acto de contrición en una parodia (las orejas de Sánchez Dragó), rebaja considerablemente el grado de sabiduría del arrepentido. Pero el escritor no tiene un pelo de tonto, y mucho menos de burro, y al día siguiente, sin orejas, y sin reparar en que estaba usando la televisión pública para su guerra personal, criticó a los que le habían criticado y amenazó con llevar al siguiente informativo una lista de desagravios. No fue así. Sánchez Dragó demostró, que sabía rectificar, y, en lugar de la lista, ofreció al grupo socialista madrileño una rosa roja, con su mano izquierda extendida.

Por cierto, la ministra de Sanidad también ha rectificado. Enhorabuena a los dos.