La amenaza ecológica que supone el fuel que permanece atrapado en los restos hundidos del Prestige es desde ayer más débil. La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega, anunció ayer en Vigo que los equipos de Repsol lograron rescatar las primeras 300 toneladas de crudo de la popa del petrolero accidentado. Utilizaron para ello una de las nuevas lanzaderas rígidas recientemente construidas en un astillero de Marín (Pontevedra) y comprobaron que este sistema, inédito hasta ahora, funciona.

Aunque en un principio la operación se había retrasado hasta mediados de mes, las buenas condiciones meteorológicas en la zona del hundimiento animaron a los técnicos a realizar la primera extracción pese a que todavía no han terminado de realizar todas las perforaciones en el casco del buque. En los próximos 15 días finalizarán la fase de hot tapping, que consiste en colocar válvulas en los tanques del petrolero por las cuales saldrá el fuel hacia las bolsas lanzaderas.

ACOPLAMIENTO La primera extracción se inició en la madrugada del viernes, cuando la lanzadera rígida se sumergió hasta los 3.800 metros de profundidad, donde se encuentra el pecio, y se acopló a una de las primeras válvulas colocadas. El petróleo fluyó hasta completar las 300 toneladas del recipiente.

Quince horas después, los técnicos izaron la bolsa hasta llegar a los 60 metros de profundidad. A esta distancia permanecerá hasta que en las próximas horas el fuel sea bombeado desde la lanzadera hasta los depósitos del buque Odín.