¿Cómo consolar a un hombre que acaba de ver destrozados sus sueños de grandeza? ¿Cómo convencerle de que 800.000 soldados menos son algo superable? ¿Cómo apartarlo de una depresión en la que abundaban las inyecciones estimulantes, los espasmos estomacales de origen nervioso y los ataques de histeria? Eva Braun optó por un punto de libro. Una pieza de oro con la correspondiente inscripción (de consuelo) que obsequió a Hitler a principios de 1943, en febrero, en los días inconsolables del Führer tras la derrota en Estalingrado. La información sobre el destino del marcapáginas tras la caída de los nazis es escasa, pero se sabe que hace seis años acabó en las vitrinas de una casa de subastas de Madrid. Y que entonces fue hurtado. Pero acaba de aparecer. En Bellevue, EEUU.

Apareció, en concreto, en manos de Christian Popescu, un rumano de 37 años que intentaba colocarlo en el mercado negro (y de momento todo encaja: los que a finales del 2002 entraron en Subastas Durán y se llevaron el marcapáginas eran "ciudadanos del Este", según consta en la denuncia). Varios agentes del Departamento de Justicia de EEUU que se hicieron pasar por coleccionistas le detuvieron el martes a las puertas de un café, justo después de que les mostrara el objeto, y ayer lo llevaron a comparecer ante el juez. Popescu, que pretendía cobrar 100.000 dólares (unos 78.000 euros), podría pasar 10 años tras las rejas.

La cantidad era elevada --incluso tratándose de un marcapáginas de oro, y con semejante origen-- si se tiene en cuenta que el precio de partida de Madrid era de 5.000 euros (por no hablar de algunas informaciones que ponen en duda su legitimidad). Aunque, por otra parte, el mundo de las subastas es lo que es: el reino del que más está dispuesto a pagar. "Pensábamos que era una pieza que iba a subir mucho de precio --dice David Durán, de Subastas Durán--. Es una pieza atípica y singular. Vale lo que paguen. Puede costar 30.000 o 200.000 euros". Tambijo dijo que era de un particular, pero no español..