Martirio y Mariscal llevan años rompiendo moldes juntos y por separado. Su amistad se remonta a los años 80. Y sigue intacta. De hecho, el diseñador le hizo en el 2006 la alegre portada de Primavera en Nueva York .

Y ahora que la artista acaba de publicar su disco en directo, Martirio 25 años , grabado en Barcelona, ambos se han reencontrado. La charla dio para mucho. Tanto, que Mariscal acabó improvisando una peineta en forma de corona. "¡Qué bien que me trates de reina! ¿Sabes que tengo una en forma de lata de tomate?"

En su nuevo disco, Maribel Quiñones (así figura en el DNI), reúne las canciones que más le han marcado: desde El productor , un guiño que ahora dirige a su hijo Raúl, quien también le arropa con la guitarra, hasta Volver , Compuesta y sin novio y Estoy mala . "Cuando empecé con la copla, todos la asociaban con el franquismo, pero yo quise rescatar su belleza y vestimenta, demostrar que se la puede modificar hasta el infinito".

Fue en 1984 cuando la cantante onubense se encasquetó sus estrafalarias gafas de sol y peinetas --tiene más de 500--.

Y completó la imagen kitsch de rockera posmoderna con abanicos, guantes... Pero, sobre todo, fue su "vocabulario de la calle", su actitud escénica y su arriesgada "búsqueda de fusiones sin prejuicios" lo que sorprendió a propios y extraños. "De niña tuve un profesor de guitarra y aprendí los palos flamencos, luego fui a por los cantautores, después me tiré al rock, el soul y el pop, regresé a la canción popular y a la poesía de la mano de Jarcha, y me adentré en el rock andaluz con Kiko Veneno y Pata Negra hasta que hice todas las fusiones que pude y me salió Martirio", relató.

Pero eso fue antes de acabar convertida en la gran dama del flamenco-jazz, la "tonadijaz", como la bautizó el gaditano Chano Domínguez.

Pero fue otro pianista a quien reclutó para este álbum, Jesús Lavilla. Y el resultado fue un recital intimista y, a la vez, desenfadado.

"El sentido del humor y el amor han ido salvándome la vida. Quería ofrecer este variopinto repertorio de la manera más sencilla en cuanto a la formación y más compleja en cuanto a las melodías y las formas de alcanzar la canción popular, pasando por todos los géneros. Y tanto Lavilla como mi hijo me conocen como nadie. Son mi filarmónica", aseguró, entre risas.

Curiosamente, el álbum lo edita Nuevos Medios, el sello con el que sacó su primer trabajo, "una bonita manera de cerrar el círculo".

Ese disco de debut, Estoy mala , contó con Kiko Veneno como productor. "Me parece que él vio a Martirio en Maribel antes que nadie", aseguró. Y sobre Kiko Veneno quiere Mariscal centrar su próximo proyecto cinematográfico: la historia de amor de una cantante y un pianista, ambientada entre La Habana de los años 40 y la Nueva York actual, con el latinjazz como tercer protagonista. Y muestra "la evolución de la música latina y cómo ésta deja preñada a la música anglosajona cuando llega a Nueva York. Explica por qué en La Habana los balcones están abiertos de par en par y por qué en Nueva York las ventanas son de guillotina y nieva", adelantó Mariscal. Martirio intercedió: "¡Cuba, qué paraíso!".