El ministro británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra), Hilary Benn, confirmó hoy el segundo caso de fiebre aftosa en Surrey, sur de Inglaterra.

En unas declaraciones a la BBC, Benn señaló que la veterinaria asesora del Gobierno, Debby Reynolds, informará de la presencia de la enfermedad entre unos vacunos sacrificados como medida de precaución y que estaban en la zona de protección en torno a la granja de Surrey donde se declaró el primer brote de aftosa.

El ministro subrayó que la rapidez en detectar este segundo caso demuestra que las medidas de control están dando resultados. "Es resultado de las visitas que el personal veterinario hizo a la instalación. Ellos notaron ayer síntomas clínicos de fiebre aftosa en los animales", añadió."Se tomó la decisión rápida -dijo- de sacrificarlos, y las pruebas se hicieron en la madrugada. Está en la zona de protección, lo que demuestra la necesidad de mantener la vigilancia".

Tras hallarse el primer caso, el Gobierno dispuso una zona de protección de tres kilómetros en torno a la explotación agrícola afectada y otra de vigilancia de diez kilómetros. Reynolds dio anoche la orden de sacrificar hasta cien cabezas de ganado como medida para contener el mal, que es muy contagioso entre los vacunos pero que no supone un peligro para la salud pública. La veterinaria asesora explicó que se había encontrado algo "sospechoso" en esos animales y que se procedería a su matanza para "minimizar cualquier probabilidad de propagación".

Mientras tanto, se espera que las autoridades informen hoy si el origen de la fiebre aftosa está en un laboratorio animal cercano a la granja donde el pasado viernes se declaró la enfermedad. Las sospechas sobre el laboratorio como posible origen del brote aumentaron el domingo tras revelarse que la variante del mal hallada entre el ganado es la misma que la utilizada en ese centro.

El primer ministro británico, Gordon Brown, ha presidido varias reuniones del llamado comité de emergencia Cobra para tratar del problema de la aftosa y evitar que se repita la epizootia del año 2001, que causó cuantiosas pérdidas económicas para los ganaderos.

La Unión Europea (UE) ha decidido prohibir las exportaciones británicas de carne de vacuno.

La aftosa causa ulceraciones en los morros y las pezuñas del ganado, pero no supone un peligro para la salud pública.