El debate sobre el aborto ha resurgido con fuerza en el Reino Unido. La Cámara de los Comunes discutirá esta semana una enmienda para rebajar los actuales plazos de interrupción del embarazo, presentada por un grupo de diputados, con el respaldado de la Iglesia Católica y de las organizaciones provida. La actual legislación permite abortar en las primeras 24 semanas de gestación. En la enmienda se pide una reducción del límite a 20 semanas.

La parlamentaria conservadora y antigua enfermera Nadie Dorries, que lidera la campaña, trata de justificar el recorte, argumentado que cada vez son más los niños nacidos prematuramente al cabo de 24 semanas que sobreviven. Médicos y científicos sin embargo no están convencidos de los beneficios.

Un estudio publicado este mes por el British Medical Journal muestra que si bien ha aumentado significativamente el número de bebés que sobreviven entre las 24 y las 25 semanas, no se ha incrementado el de los nacidos después de las 23 semanas.

Los médicos saben que algunas anomalías graves en el feto no se detectan con el escáner hasta las 20 semanas de embarazo. Dorries acusa a las británicas de tomarse el aborto a la ligera. "Hay en este país 200.000 abortos cada año, 600 al día. Son demasiados, hay que reducir el numero", ha declarado. El primer ministro, Gordon Brown, desea mantener la actual legislación, mientras que el jefe de los conservadores, en la oposición, David Cameron, está a favor de la reducción. Los diputados tendrán libertad para votar, en este y en otros puntos polémicos de la ley de embriología y fertilidad humana, que se debate a partir de hoy.