La madrugada del próximo domingo, día 26 de octubre, finaliza la hora de verano, que dio comienzo en el mes de marzo, por lo que los relojes deberán retrasarse una hora (a las 03.00 horas serán las 02.00 horas), en cumplimiento de la directiva comunitaria que rige el denominado cambio de hora y que afecta a todos los países miembros de la Unión Europea.El carácter indefinido de la aplicación del cambio de hora se ha adoptado por entenderse que "el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo", según informó hoy el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir del 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.