La empresa remolcadora del ´Prestige´, Smit Tak International, criticó la actitud de España y Portugal. El colmo fue la actuación de una fragata portuguesa en su intento de evitar que el petrolero entrase en sus aguas. "El barco de la Marina se puso delante de nuestros remolcadores. Hubo peligro para nuestros hombres, que se vieron obligados a girar. El ´Prestige´ quedó colocado a merced de las olas, lo que seguramente precipitó su rotura", dijo el director de Smit, Hans van Rooij.