Una madre de 10 hijos ha ingresado este jueves en una prisión local después de que la Fiscalía del Condado de Sonoma, al norte de California (EEUU), la acusara formalmente de nueve cargos por golpear y torturar a los menores.

Ina Rogers, de 31 años, y su esposo y padre de los hijos, Jonathan Allen, de 29, han comparecido en el juzgado y a Rogers se le ha impuesto una fianza de 495.000 dólares (más de 415.000 euros), además de presentársele los nueve cargos debido a los maltratos que propinó a sus hijos, con edades comprendidas entre los 4 meses y 12 años de edad.

El hombre, al que se le impuso una fianza de 5,2 millones de dólares (poco más de 4,4 millones de euros), se ha declarado el martes no culpable de al menos siete cargos graves de tortura en contra de niños y nueve cargos de abuso infantil, así como de poner en riesgo la vida de los menores.

El caso ha salido a la luz pública cuando las autoridades respondieron a una llamada por la desaparición del hijo mayor, que dio pie el lunes a la detención por negligencia de la mujer. Posteriormente, Rogers ha sido liberada tras pagar una fianza de 10.000 dólares (casi 8.500 euros).

De acuerdo con la Fiscalía, los agentes encontraron en la vivienda familiar ubicada en Fairfield, al noreste de San Francisco, a los pequeños con heridas y cicatrices producidas por armas punzantes, además de quemaduras y hematomas a causa de disparos con pistolas de perdigones.

La Fiscalía asegura que los niños, hallados en la sala de la casa regada de "inmundicia" y heces, fueron sometidos a la tortura de ahogamiento simulado, entre otros castigos. Sharon Henry, vicefiscal del Condado, dijo incluso que los menores fueron torturados "con fines sádicos".

La acusaciones a la pareja tiene lugar cinco meses después de que las autoridades del sur de California arrestaran a los esposos David y Louise Turpin, acusados de maltratar y mantener secuestrados a sus 13 hijos en su hogar.

Ina Rogers y Jonathan Allen comparecerán de nuevo ante el juez el próximo jueves, 24 de mayo.