Sola, vacía, cansada, harta de la vida y triste". Así dice sentirse Inmaculada Echevarría, una mujer de Granada enferma de distrofia muscular desde hace 30 años, que ha pedido poner fin a su vida de una forma digna. La Junta de Andalucía pide "prudencia" ante la petición, de la que asegura no tener aún constancia oficial, y explica que el caso deberá ser estudiado por el comité autonómico de ética dado que la eutanasia está prohibida por el Código Penal.

La Consejería de Salud y la de Justicia insistieron en que "si ha solicitado una práctica que tiene que ver con la eutanasia, no se podría autorizar porque no se tiene competencia para ello". Ante la falta de una normativa estatal, la decisión queda en manos de los tribunales..

La enferma, de 51 años, ofreció ayer una multitudinaria rueda de prensa en el hospital religioso de Granada en el que está ingresada desde hace nueve años. La distrofia muscular progresiva que padece, unida a la osteoporosis, deformación de las extremidades y fractura de huesos a causa de los cambios de posición, le causan continuos dolores y la han llevado a perder ya la movilidad de todo su cuerpo, salvo pies y manos.