La marea negra del Prestige ya está afectando al sector de la restauración gallega. Cada día es más complicado encontrar marisco y el poco que hay está por las nubes. La psicosis del fuel empieza a teñir la conciencia de los propios gallegos que, temerosos, ya están prescindiendo de los productos del mar. Además, todos los restauradores consultados concidieron en que las mejores piezas de percebes capturadas en las zonas no prohibidas están viajando a Madrid y Barcelona.

El presidente de la Asociación de Hostelería de Santiago, Juan Silva, reconoció que los restaurantes gallegos deberán empezar a idear menús que no dependan tanto del marisco.