La publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la licitación, por parte de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), de los trabajos para construir en el complejo nuclear de Ascó un almacenamiento en seco de residuos de alta actividad no ha podido resultar más inoportuna. Aunque la construcción del almacén está prevista desde el 2006, tal como se encargó ayer de subrayar Enresa, la coincidencia del anuncio de la convocatoria oficial con la viva polémica surgida a raíz de la fuga radiactiva detectada en Ascó 1 ha soliviantado a los ecologistas y a los municipios del entorno de la central nuclear.

Enresa asegura que se trata de una medida preventiva a la espera de que se decida la ubicación de un almacén temporal centralizado en España y ante la perspectiva de saturación de las piscinas de las centrales Ascó 1 y Ascó 2 que albergan ahora el combustible gastado. Diversos grupos ecologistas, así como Asociación de Municipios en Areas Nucleares (AMAC), coinciden en apuntar que se trata de un almacén temporal individual que pretende suplir al centralizado y permitir a las dos plantas prolongar su vida útil.

María Vila d´Abadal, gerente de la AMAC, denunció que Enresa intenta eludir el actual reglamento de instalaciones nucleares y radiactivas denominando "instalación de apoyo al desmantelamiento" a lo que será un verdadero almacén temporal individual. Para Vila d´Abadal, de esta forma se quieren soslayar los trámites de licencia exigidos por la ley y evitar la exposición pública del proyecto. "Nos opondremos frontalmente a esta maniobra y avanzamos que no obtendrán la licencia municipal que necesitan para construir", declaró.

En una asamblea celebrada en julio del 2007, los municipios ya advirtieron de que en este tema Enresa podía estar tentada de aplicar "una política de hechos consumados y continuar con los almacenamientos en las propias centrales nucleares".

UNA TRETA Para Ecologistas en Acción de Cataluña (EAC), todo se reduce a una treta de Enresa, maniatada por las dificultades para hallar municipios que acepten un almacén centralizado, y argumenta que los dos grupos de Ascó buscan soluciones para poder seguir produciendo a partir del 2013, cuando las piscinas queden saturadas. Los depósitos son tres contenedores modulares transportables de 150 toneladas cada uno que se levantarían al aire libre. Deben ser de doble uso, es decir, han de poder permanecer en el lugar un mínimo de 50 años y, a la vez, poder ser trasladados en caso necesario.