Sin pirotecnias, como es habitual, Juan Carlos celebró ayer su 66.º cumpleaños con un almuerzo familiar en su residencia, el palacio de la Zarzuela. El Rey pasó la mañana en su despacho realizando su trabajo habitual y festejó su aniversario en la intimidad. Rodeado por sus familiares, Juan Carlos pudo brindar por la boda del heredero, el príncipe Felipe, y Letizia Ortiz.

Mientras, los preparativos de la boda seguían su curso. El Ayuntamiento de Madrid se comprometió ayer a que las obras previstas no afecten a la celebración del enlace, fijado para el 22 de mayo, y, especialmente, al recorrido del cortejo nupcial. Intentando aprovechar la afluencia de gente, el comercio madrileño también anunció que abrirá el fin de semana del enlace.