La colaboración financiera de uno los principales fabricantes internacionales de las populares tragaperras, Recreativos Franco, ha permitido cerrar un importante proyecto de lucha contra la ludopatía. Una paradoja que, sin embargo, servirá para construir el primer centro en España dedicado a la rehabilitación de personas adictas al juego y que se construirá en Córdoba.

La empresa madrileña, que factura anualmente 820 millones de euros (136.437 millones de pesetas) en todo el mundo, firmó ayer un acuerdo con la Asociación Cordobesa de Jugadores en Rehabilitación (Acoger) por el que se compromete a costear la rehabilitación del antiguo Hospital Militar cordobés, que albergará el nuevo centro. En principio, Recreativos Franco aportará una cantidad inicial de 120.000 euros (20 millones de pesetas) ampliables conforme se necesite más dinero.

Los directivos de la firma quisieron dejar bien patente que esta acción no es una forma de limpiar conciencias: "Por hacer las máquinas no significa que creemos ludópatas", aclaró ayer el director de márketing, José Miguel Esteban. "Si hay que hablar de conciencias hablemos de conciencia social, una actitud que también hemos aplicado entre otros sectores necesitados como el de los enfermos de esclerosis múltiple", agregó.

La ludopatía afecta al 3% de la población española, es decir, un millón de personas, que se han convertido en "los daños colaterales ocasionados las máquinas recreativas", explicó el presidente de Acoger, Pablo Durán.

El juego privado es uno de los sectores que soporta mayor carga fiscal. Sólo en Andalucía genera cada año más de 300 millones de euros (50.000 millones de pesetas) para las arcas públicas de la región. "Hay que recordar que sólo somos fabricantes, nada más", concluyó Esteban.