Los Sanfermines del 2004 comenzaron ayer al mediodía con un multitudinario chupinazo que, pese a unas previsiones meteorológicas adversas, se desarrolló con buen tiempo y en un ambiente festivo generalizado.

El cohete, el primero de los 248 actos oficiales programados para los próximos nueve días de fiesta, fue lanzado en esta ocasión por el concejal y portavoz socialista Jorge Mori al grito, en euskera y castellano, de "pamplonesas, pamploneses, viva San Fermín".

La plaza consistorial abarrotada acogió la réplica de los miles de asistentes, que esperaban este momento con cánticos y ondeando los pañuelos rojos que sólo se anudaron al cuello al estallar el chupinazo en el cielo pamplonés.

Con el cuerpo ya preparado, pamploneses y visitantes se dispusieron a aguardar el cohete en una espera que amenizaron con el descorche de cientos de botellas de cava con las que se regaron unos a otros mientras, de forma intermitente, levantaban los pañuelos en forma de triángulos por encima de sus cabezas y lanzaban confetis y serpentinas, así como grandes balones que iban pasando de lado a lado de la plaza.

La aparición más esperada era sin duda la del concejal Jorge Mori, de 43 años, quien vio cumplido el sueño de todo pamplonés y más aún en este caso, en el que, como él mismo reconoció, "menos llevar al Santo, en San Fermín lo he hecho todo", ya que es miembro de una peña sanferminera.

Después la ciudad se transformó, e incluso volvió a cantar el Riau, riau organizado por jubilados, y que no se cantaba desde 1992, tras desaparecer del programa oficial de festejos.