Una joyería situada en una de las calles más exclusivas del centro de Milán fue desvalijada hoy por un ladrón que, simulando que estaba limpiando los cristales del escaparate, se llevó artículos por valor de unos 800.000 euros.

El caco llegó a la tienda vestido con un mono de limpiador, el material de limpieza en la mano y la escalera al hombro, pero, en lugar de lavar los cristales, sacó dos grandes ventosas y, a plena luz del día, retiró la vitrina, la apoyó en la acera y se apoderó de todas las joyas que se exhibían en el escaparate.

A continuación, colocó de nuevo el cristal en su sitio y se fue a pie con el botín, sin que se percatasen ni el dueño ni otros cinco empleados, que se encontraban en el interior del local tapados por un panel, y tampoco ninguna de los personas que pasaban por la céntrica calle a las diez de la mañana, informan los medios locales.

Fuentes de la Policía señalaron que dieciocho tornillos que fijaban el cristal habían sido retirados antes de la llegada del supuesto limpia-cristales, que se limitó a sacar la vitrina de su sitio.

El responsable de la joyería, que ha estimado el valor del material sustraído en unos 800.000 euros, reconoció la habilidad del ladrón y definió el robo como "una obra maestra".