Robbie Williams va camino de dejar los caprichos de Michael Jackson en cosa de niños. Para el concierto que ofrecerá el 4 de julio en Viena, el cantante ha reservado las 74 habitaciones del Hotel Triest, su favorito en la ciudad. Es su manera de evitar que le molesten los fans.

La lista de caprichos no acaba ahí. Williams siente tal amor por el hotel y, sobre todo, por su barra de bar que ha exigido que le instalen una réplica exacta del mueble en el backstage.